viernes, 1 de octubre de 2021

INCÓGNITAS

 


 

          ¿A dónde van las palabras no dichas? Me imagino que se quedan en una lista de espera, en un registro de la memoria aguardando a salir de una boca que quizás se acobardó para decirlas o tal vez, por prudencia no las dijo. Quedan en un tiempo de espera que la misma mente desecha, olvidándolas por completo. Quizás se instalan en un baúl de color gris en el que se apilan en orden de importancia, el cual se desvanece en el olvido, porque cuando las palabras no salen en su debido momento, es muy difícil que tengan oportunidad de hacerlo más adelante.

          ¿Qué camino tomarán los suspiros que se escapan? Tal vez vuelen hacia el mundo de la poesía y en cuanto perciben una pluma sobre una hoja, se adentran en la inspiración del poeta logrando que éste escriba hermosos versos llenos de sentimiento. Acaso se mezclen en el viento y en una ráfaga escapen hacia la persona por la que nacieron y rocen suavemente su mejilla. O, ¿qué tal si se instalan en las flores y cobran vida en sus aromas, deleitando el olfato de quienes las huelen?

          ¿En dónde se esconden los secretos inconfesables? Estoy casi segura de que se atrincheran en el rincón más alejado del alma, allá donde a veces hasta la memoria batalla para llegar. Seguramente se cubren con el manto de la amnesia, dejándose encerrar por el candado del olvido más fuerte, evitando así que nada ni nadie los descubra. Tal vez naufraguen en el mar, hundiéndose en su profundidad hasta quedar enterrados en las arenas y aplastados y enmarañados por enormes y fuertes algas. También podría ser que el cuchillo del temor los tenga arrinconados en un espacio blanco de la mente, impidiéndoles salir de tal lugar.

     ¿En dónde se refugiará el amor después de haber sido lastimado? ¡Ah! Esto del amor sí que es complicado. ¿A dónde irá después de una traición o una decepción? ¿Existirá un lugar a donde pueda ir en estas condiciones? No lo sé. Pudiera ser que se quedara en el corazón, en el mismo lugar donde nació puro y sano... y tal vez allí espere desconsolado hasta que la muerte llegue por él. Pero no creo que esto sea fácil, pues me imagino que mientras muere, causa mucho dolor al alma, tanto que a veces llega a podrir una parte de ella, al igual que del corazón que lo parió. He sabido que en ocasiones no muere y no se va, y aunque no echa a perder el corazón, sí lo lastima mucho. Pero también he escuchado mucho que aunque a veces tarde un poco, se va, aliviando el cuerpo y la mente de quien habitaba. Quizás encuentre consuelo en el titilar de las estrellas coqueteando con la noche o vuelva a renacer cuando el sol se pone y le habla de amor al mar, haciendo enrojecer al cielo. ¿Y por qué no pensar que se refugia en las flores que se entregan a los colibríes, regalándoles su delicioso néctar?

          ¿De las lágrimas contenidas, que será? ¿Acaso serán las gotas de lluvia que caen del cielo en los días tristes? ¿O serán los copos de nieve que adornan los jardines en el frío invierno? Puede ser que vuelen en la brisa nocturna o en el sereno de la madrugada adornando el césped y las hojas de los árboles con finas gotas. También es posible que se instalen en algún río o arroyo y viajen hasta el mar mientras van mojando árboles y plantas.

          Y, por último... ¿A dónde viajarán las almas al dejar definitivamente los cuerpos? Tal vez vuelen entre los árboles y jugueteen entre sus ramas, moviéndolas suavemente. ¿Será posible que se encuentren en el cantar de un ave? Si es así, estoy segura de que será en el hermoso canto del cenzontle, enamorando a todo aquél que lo escuche. También podrían estar en la faz de la luna, transmitiendo paz y tranquilidad en las noches. Me gusta pensar que el alma de alguien que ha partido para siempre, se encuentra en los recuerdos bonitos que deja en sus seres queridos, en la sonrisa de un hijo o nieto, en los nobles sentimientos de sus descendientes.

          Muchas preguntas me asaltan y muchísimas más respuestas encuentro, haciéndome pensar que a pesar de que la vida es muy difícil y está llena de incógnitas, merece la pena disfrutarla enfocándonos en lo positivo y nunca en lo negativo, porque es maravillosa y mientras soñemos, estará llena de magia.


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