jueves, 29 de julio de 2021

UN RARO ESPÉCIMEN


          Jirafas y otros animales se amontonaban frente a una gran ventana de grueso cristal. Todos lanzaban exclamaciones de sorpresa y murmuraban extrañados. Un changuito, sin poder controlar su curiosidad, trepó sobre varios de ellos hasta que logró montarse sobre el cuello del animal más alto.

          Un extraño ruido salió de la garganta del monito haciendo que se llevara las manos a la boca. Luego, se talló los ojos varias veces y volvió a mirar a través del cristal. Se quedó paralizado, con la boca abierta y los ojos casi se le salían.

          Todos en ese zoológico estaban acostumbrados a ver a gente con sus teléfonos móviles fotografiándolos o tomándose selfies con ellos al fondo, pero esto era una cosa excepcional.

          El changuito golpeó ligeramente el cristal, pero al ser ignorado, golpeó con fuerza y empezó a emitir gritos escandalosos. Por fin, logró llamar la atención de aquél que tenía a todos los animales sorprendidos.

          El joven hombre volteó hacia el cristal e hizo un gesto de extrañeza. Era raro ver a todos los animales juntos mirando por la ventana. Sin embargo siguió en lo suyo.

          -Vaya, vaya... -dijo entonces un león. -Parece que estamos frente a un animal en peligro de extinción. Se trata de una clase de lector que por muchos años habitó en todo el planeta, pero que por la invención de teléfonos inteligentes se ha ido extinguiendo. 

          Una vez que supieron de qué se trataba, todos se alejaron de la ventana y volvieron a sus lugares favoritos. El joven se percató de que los animales se habían retirado y volvió a sonreír mientras volvía a su interesante lectura.



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