lunes, 26 de julio de 2021

SANADO POR UN ÁNGEL

       


          Los dos niños corrían por el verde valle que se extendía entre dos cadenas montañosas. Se detuvieron al llegar al lago y entre risas se metieron al agua que estaba muy fría, pues la nieve de las montañas que se derretía con el sol, bajaba hasta dicha masa de agua cristalina.

          Cuando se cansaron de nadar, se tumbaron en la hierba a reposar y mientras identificaban animales en las nubes del cielo, se quedaron dormidos. Uno de ellos, Paco, despertó al sentir un fuerte dolor en la pierna y gritó angustiado cuando vio que ésta sangraba. Miró para todos lados y vio a una serpiente alejarse despacio, ondulando su cuerpo dorado con manchas negras, entre el césped. Supo que ese animal lo había mordido. Con sus gritos despertó a su amigo Melo, quien rápidamente fue a ayudarlo.

          Como Paco no soportaba el dolor y se le dificultaba caminar, Melo lo abrazó por la cintura, poniendo su brazo sobre su propio hombro para ayudarlo. Caminaban muy despacio y cuando alcanzaron a ver humo, supieron que estaban cerca de alguna casa. Luego de algunos minutos la vieron. Se trataba de una cabaña vieja de madera. Si de la chimenea salía humo era porque había alguien allí dentro. Cuando llegaron, tocaron a la puerta, pero nadie salió.

          Melo empujó la puerta y ésta se abrió. Entraron con desconfianza, explorando el lugar. En una habitación, sobre una mesa, encontraron una bola de cristal. La miraron llenos de curiosidad y se vieron dentro de ella. Vieron que Paco caía al suelo revolcándose de dolor y que su boca se llenaba de espuma. Tenían el corazón acelerado por la impresionante escena que vieron en la bola y entonces una pluma blanca cayó suavemente sobre la mesa. Voltearon hacia arriba y vieron a un hermoso ángel descendiendo. Con una sonrisa levantó en brazos a Paco y lo llevó a un catre, puso sus manos sobre la herida y rápidamente dejó de sangrar.

          Por la tarde, los dos amigos regresaron a su aldea. Iban corriendo y jugando, como si nada malo hubiera sucedido y con los corazones llenos de felicidad por estar sanos y salvos.


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