sábado, 18 de marzo de 2023

LAS FLORES MARCHITAS


          En las afueras de la ciudad había un solar en donde, a pesar de llover mucho durante casi todo el año, nacían flores marchitas. Los niños preguntaban la causa de este fenómeno a sus maestros en la escuela y estos no tenían la respuesta, pues era algo fuera de lógica. Y cuando los chiquillos preguntaban a sus padres, éstos guardaban silencio, ignorándolos o cambiando la plática. Nadie quería hablar con sus hijos de ese tema.


          Muchos años atrás, cuando la ciudad era un pueblo pequeño, los habitantes vivían en armonía hasta que la hija del panadero creció y se convirtió en una joven hermosa. Muy bien formada y con una cara bellísima, se arreglaba con tal coquetería que llamaba la atención de todos los hombres. Todos los jóvenes de su edad la invitaban a salir, pero ella no los aceptaba, pues su debilidad eran los hombres casados. Para ella le eran mucho más atractivos por la experiencia que tenían. Los hombres que sostenían amoríos con ella, se enamoraba y más de una centena de ellos terminaron a golpes, reclamándola como suya.


          Cansadas de que esta joven se metiera con sus maridos y los enloqueciera, las mujeres del pueblo se unieron y decidieron acabar con ella de una buena vez. En cuanto la vieron caminando por la calle, la golpearon y la llevaron arrastrando lejos del pueblo, hasta un terreno baldío. Una vez ahí, la metieron en una urna de cristal con varias flores, en señal de que la estaban dando por muerta y la enterraron viva. La joven gritaba y golpeaba los cristales de dicha urna hasta que quedó completamente a oscuras y profundamente enterrada. La muchacha murió asfixiada y nadie volvió a hablar de ella.


          Luego de un año, comenzaron a brotar flores secas y crecían como lo hacían las flores silvestres, pero éstas estaban completamente marchitas. Los vientos fuertes las arrancaban del suelo mas nunca dejaron de brotar. La gente mayor murmuraba que eran flores con las que habían enterrado a la mujer y que nacían secas como un recordatorio de lo que había sucedido años atrás.