miércoles, 21 de julio de 2021

LA INVASIÓN


          Faro muy antiguo en una isla completamente abandonada, se levantaba orgulloso e intimidante, como advirtiendo ser el dueño de tal pedazo de tierra. Y sí, existía una leyenda sobre este lugar.

          Se dice que hace cientos de años, cuando los colonizadores europeos invadieron América, esta isla estaba habitada por aborígenes desde hacía más de dos milenios. Eran muy organizados, muy trabajadores, comían muy sano y contaban con excelente salud.  Llevaban una vida muy tranquila y feliz.

          Un día, fueron invadidos por seres que jamás habían visto; seres diabólicos cuya parte superior del cuerpo era humana y la parte inferior era animal con cuatro patas. Los vecinos corrían despavoridos y muchas mujeres fueron levantadas en vilo por aquellos demonios, quienes después de violarlas, las abandonaron. La gente del pueblo, escondida en donde pudo, observó cómo dichos animales se partían en dos, (luego se enterarían que eran hombres montando a caballo), y aún temerosos se fueron acercando a ellos. La historia se encargó de contar todo lo que sufrieron los lugareños con tal invasión.

          Los nuevos habitantes, maravillados con los recursos del lugar, se quedaron allí y comenzaron a "civilizar" a los originarios del lugar. Construyeron casas y el gran faro que hoy cuida la isla. Éste lo hicieron con el propósito de guiar a los barcos que traían a más extranjeros a vivir en la isla.

           Cansados de la dominación europea, los indios planearon asesinar a toda persona ajena a su tierra. Los hombres extrajeron veneno de plantas y animales y las mujeres los mezclaron en los alimentos que cocinaban para los invasores.

          Muchos comenzaron a morir. Pensaban que era una plaga la que causaba esto, hasta que alguien descubrió que estaban siendo envenenados. Tras alertar a la gente se inició una guerra sangrienta y desigual, pues los forasteros contaban con armas más sofosticadas para aquella época. Sin embargo, los originarios de la isla se defendieron estoicamente logrando, aún moribundos, acabar con la vida de todos los extraños. En gran silencio quedó el lugar. Ni siquiera se escuchaba el ruido de ningún animal. Y cuando se acercaban barcos con más extranjeros, éstos se estrellaban con rocas y todos morían ahogados sin alcanzar a pisar tierra. 

          Se cuenta que del faro sale mucha neblina impidiendo que alguien llegue. Es por eso que hoy la isla está abandonada y adornada con una hermosa vegetación que nadie puede disfrutar, tal como nutritivos vegetales y deliciosas frutas. 



          

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