sábado, 25 de septiembre de 2021

BODA SUSPENDIDA





 

          Pedaleaba la bicicleta a toda la velocidad que sus fuerzas le permitían. Ocasionalmente volteaba a mirar atrás. No se detuvo hasta llegar a su casa. Fue directo al baño y al mirarse al espejo vio que tenía los labios mordidos y rasguños en la cara, pecho brazos y espalda, además de llevar la ropa llena de tierra. Se duchó rápidamente y se acostó pensando en lo sucedido. Hacía varios meses que su novia lo provocaba y esta vez no pudo contenerse. Mientras la besaba empezó a acariciarla más allá de lo permitido. Ella se defendió y a él se le encendió aún más la sangre. La tumbó en el suelo, al lado del árbol donde siempre se veían. Ella se defendió lo más que pudo pero él era más fuerte. Cuando empensó a gritar le tapó fuertemente la boca, abarcando también la nariz, hasta que ella murió asfixiada. Los días y los meses pasaron y, aunque las autoridades seguían buscando al violador, él se olvidó del asunto y siguió con su vida.

          Conoció a otra chica muy linda y se enamoró perdidamente de ella, al grado de pedirle que se casara con él. Ella aceptó y pronto empezaron los preparativos de la boda. Cuando faltaba un mes para casarse, cosas extrañas comenzaron a sucederle. Cuando caminaba de la casa de su novia a la suya, pasaba por la iglesia donde celebrarían su boda y escuchaba que alguien lo llamaba desde la oscuridad de ésta, provocándole un intenso escalofrío. Seguía su camino pero sentía que lo miraban. Hasta que la noche antes de la boda, al pasar por ahí y escuchar lo mismo, volteó y le pareció ver a una mujer. Pensando que se trataría de alguna amiga queriendo darle de forma particular una buena despedida de soltero, fue hasta allá.

          La puerta estaba semiabierta y pasó cuidadosamente. Vio a la chica caminando en el pasillo entre las bancas, en dirección al altar. Sonriendo la siguió. Ella siguió hasta la parte posterior. Cuando él llegó allá, no la vio. Entonces escuchó una risita y siguió el ruido de ésta hasta llegar a las escaleras que conducían al campanario. Miró hacia arriba y al verla subió rápido, completamente excitado, lo que le duró muy poco, pues al llegar allá se encontró con aquélla que violó meses atrás. Quedó paralizado por la impresión y ella sonriendo diabólicamente comenzó a acercársele. Él dio unos pasos atrás horrorizado por lo que miraba hasta que ella, hábilmente, con un movimiento le enredó la larga cuerda con que el campanero hacía sonar las campanas en el cuello y lo empujó.

          La gente del pueblo se alarmó al escuchar las campanas a esa hora, pero no reconocían el toque, así que preocupados, fueron a la iglesia para ver de qué se trataba, encontrándose al muchacho colgando ahorcado, de ellas. Nadie supo qué fue lo que sucedió, solo supieron que ya no habría boda.


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