El reino Concordia, que gozaba de abundantes y ricos recursos
naturales, era habitado por personas nobles y trabajadoras.
Gobernados por un rey y una reina justos, vivían en paz y armonía.
Debido a su riqueza natural, tal reino despertaba la envidia y las
ganas de ser dominado por diferentes grupos. Uno de ellos, el clan
Corredores, decidió invadir el pueblo y, rodeando la ciudad, el
ejército enemigo comenzó a lanzar flechas buscando que ésta se
rindiera. Concordia no contaba con un ejército ya que nunca peleaba
con nadie y, tomados por sopresa, los habitantes no lograban
organizarse para defenderse.
La princesa Dulce, quien miraba todo desde la torre más alta del
castillo, llamó a sus dos mejores amigos, los dragones Fuego y
Candela, y les pidió que ayudaran al reino. Rápidamente, éstos se
acercaron volando hacia el campo de batalla y lanzaron fuego a los
invasores, logrando ahuyentarlos definitivamente del lugar.
El rey estaba muy contento porque los enemigos se retiraron y llamó
a Fuego y a Candela para declararlos héroes de Concordia,
premiando a cada uno de ellos con una medalla de oro que colgó de
sus cuellos.
La noticia de que Concordia contaba con dragones que la defendían,
corrió como pólvora por todos los alrededores y nadie más volvió a
atreverse a invadirla. Ésa fue la primera y última vez que sucedió,
volviendo así los ciudadanos, a vivir en completa armonía por
siempre.
De la verdadera fuerza que anida en la amistad. Excelente fábula Anna.
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