viernes, 16 de agosto de 2019

SUPERANDO UN RECUERDO

          Caminando por el laberinto de mis pensamientos encontré una puerta cerrada con candado. Pasé de lado y durante mi recorrido encontré otras más, abiertas. Visité varias habitaciones de mi memoria; en unas sonreí con melancolía, en otras, reí a carcajadas y en otras más, lloré de tristeza. Estaba contenta por recordar muchas experiencias de mi vida. Cuando regresaba de aquel paseo volví a ver aquella puerta cerrada. Intenté abrirla pero me resultaba muy difícil hacerlo. Necesitaba una llave para abrir el candado.

          Frustrada y un poco cansada seguí mi camino de vuelta. A punto de abandonar los hilos de mi memoria, vi una llave en el suelo, llena de telarañas y polvo. La tomé y regresé hasta la puerta que tanto me intrigaba. Cuidadosamente la metí en la cerradura y abrió. Entré sigilosamente; estaba muy oscuro. Alcancé a escuchar a una niña llorando aterrada. Agudicé la mirada y la vi. Estaba en un rincón abrazando a una muñeca y no dejaba de llorar. Un escalofrío recorrió mi espalda y un dolor agudo lastimó mi estómago. Un nudo se me hizo en la garganta y corrí hasta ella. La abracé con fuerza y la consolé. Una vez que se tranquilizó, la tomé en mis brazos y la saqué de ese horrible cuarto. La llevé a uno donde todo era alegría, risas y paz. Me despedí de ella sonriendo y con un largo y profundo suspiro regresé a la realidad.




 

2 comentarios:

  1. Muy buen micro. Me gusto su desenlace como si fuese una fábula..

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    1. Muchas gracias,Héctor. Un placer que haya sido de tu agrado. Saludos. 😀

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