sábado, 9 de julio de 2022

LA PRINCESA DEL MAL

 



       vive en una cueva oscura, entre animalejos y espíritus malos, abandonada por el hombre que un día descubrió haber sido engañado por ella con sus terribles artimañas. Malherida por la amargura que esto le había causado y atormentada por el odio que roe sin descanso su corazón, se hace obedecer por almas oscuras y malignas. Sus vasallos la llaman la princesa del mal y ésta les ordena cada noche actos horribles.

Entre susurros les ordena que vayan al pueblo y que con cadenas torturen a toda persona que vean que es feliz. Les pide que no sientan compasión por nadie y que dejen fluir el terror en la pequeña comunidad mientras hacen sufrir a quienes no hacen nada, más que ser buenas personas.

Sumisos y emocionados van los demonios a cumplir con la tarea de ir por los seleccionados. Con los ojos vidriosos y enrojecidos, y babeando por los deseos de hacer el mal, corren entre los árboles del bosque, desesperados por llegar hasta su primera víctima.  Con la respiración agitada se esconden entre las sombras  y una vez que encuentran  a un inocente lleno de felicidad, lo envuelven entre ruidos del más allá y golpes invisibles.

Mas esto no dura para siempre. Llega un día en que el torturado se escapa de dichos actos y vuelve a ser feliz dejando en el olvido tan horrible experiencia.  Y la princesa del mal, lejos de hallar la victoria, se hunde más y más en su pena y como una malatrecha flor, se va consumiendo la mala imitación de una diosa.




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